Herida emocional. Gemma Méndez comadrona |
Nosotras, las mujeres, estamos diseñadas para parir, para vivir el nacimiento de nuestros hijos plenamente.
Para ese momento a lo largo del embarazo vamos abriéndonos, nuestro yo más profundo va quedando expuesto y poco a poco la parte racional de nuestro cuerpo va apagándose (no ocurre de golpe todo en el mismo momento del parto, sino que a lo largo de los meses vamos entrando en ese estado en el que parece que vivamos en un universo paralelo al mundo real).
El parto se queda grabado en ese lugar del cerebro al razón no tiene acceso, y aunque desde la razón sepamos que fue así porque debía ser así, y que gracias a ello estamos los dos bien, o que alguien jugó con nosotras, sintiéndonos engañadas, no podemos evitar sentir que nos duele...
Las demás personas que nos rodean solo pueden pensar desde la razón, puesto que no están en ese estado hormonal con su cortex bajo mínimos, y no pueden comprender. Y sus palabras nos duelen...
Quizá otras situaciones en las que se nos daña pero tenemos la parte racional haciendo de escudo podemos comprender y podemos defendernos mejor pero aquí no, en el parto la razón no existe o existe poco con lo que se nos queda ahí grabado para siempre...
Y ahí queda... en un lugar del cerebro al que nos es complicado acceder, ya que nuestro cuerpo ya no está gestando, la parte racional lo vuelve a tapar tras el postparto y nosotros trabajamos nuevamente desde la razón, razón que no consigue aplacar la emoción del instinto...
Pero aunque el dolor lo seguimos sintiendo podemos hacer que se serene, podemos aprender a convivir con lo que nos pasó, con la sensación de que no hemos terminado un proyecto personal, podemos aceptarlo y ser felices con ello.
Este es un espacio donde poder llorar, poder gritar, poder reír, poder desahogarse, poder hacerse preguntas, sin buscar necesariamente una respuesta... Para poder avanzar en la sanación del alma.
Nos reuniremos de manera periódica, en Valencia. Ponte en contacto para conocer las próximas fechas.
"...en las heridas del alma,
como todas las heridas también quedará una cicatriz.
¿Para siempre?
Para siempre.
¿Entonces no se supera?
Se supera pero no se olvida.
Cuando el proceso es bueno las cicatrices ya no duelen
y con el tiempo semimetizan con el resto de la piel y casi no se notan,
pero están ahí.
¿Te duele?
No, ni siquiera cuando me toco. No me duele.
Pero si uno mira de cerca la cicatriz... está"
¿Para siempre?
Para siempre.
¿Entonces no se supera?
Se supera pero no se olvida.
Cuando el proceso es bueno las cicatrices ya no duelen
y con el tiempo semimetizan con el resto de la piel y casi no se notan,
pero están ahí.
¿Te duele?
No, ni siquiera cuando me toco. No me duele.
Pero si uno mira de cerca la cicatriz... está"