La vida y la muerte están ligadas, la una a la otra, sin vida no hay muerte y sin muerte no hay vida. El embarazo y el nacimiento es uno de los momentos en los que esa línea que las separa muchas veces es fina. Por que no solo nace un bebé, nace una madre, una mujer, un padre, quizá un hermano o una hermana, una familia y muere, muere otra mujer, otro hombre, otra pareja.
...Pero aún así hay veces que lo que también muere es el bebé antes de ni siquiera nacer...
Es un dolor tan inmenso el que envuelve esa pérdida que la obstetricia ha luchado durante años y años para poder evitarla y poco a poco se han ido salvando tantos tantos 'niños del agua' (http://ninosdelagua.blogspot.com.es/)
Pero esos grandes adelantos de la ciencia nos han cegado, pensando que somos dioses todopoderosos, que pase lo que pase siempre nos vamos a salvar, que simplemente son fallos de la naturaleza y el hombre puede más que ella.
Y la naturaleza se nos escapa, somos un pequeño granito dentro de lo inmenso del universo...
Pasamos de una época en la que la medicina quería curar lo enfermo a una época en la que la medicina se ha creído diosa y pretende modificar lo que ya de por si es perfecto, pero de la perfección solo se puede ir al caos...
Si sencillamente fuésemos más humildes, y observásemos la hermosura de la vida, si con todo el cuidado tan solo tratásemos de colaborar con el cuerpo en su retorno al camino fisiológico, cuando se aleja de él, y le dejásemos avanzar por él sin molestar, los nacimientos no se teñirían de miedo.
En los paritorios de nuestro país se vive en caos, el caos artificial, del cual hay que salir con salvavidas...
Y ya no sabemos decidir traer al mundo un hijo sin un salvavidas, no solo para esos tristes casos que ocurren dado que somos un pequeño granito en el universo, no, sino por esas múltiples catástrofes que sintiéndonos poderosos se han creado.
Y tú, te metes en el mar con salvavidas o prefieres aprender a nadar???
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