domingo, 22 de julio de 2012

estreno ante las cámaras

Ayer nos estrenamos delante de las cámaras... nos lo pasamos genial, el equipo de grabación se portó estupendamente, ayudando con el miedo escénico, esos detalles de no ser profesionales del medio.



Al llegar a casa no pude evitar sentir un tremendo nudo en el estómago, estuvimos hablando del parto, del parto hospitalario y del parto en casa. Estuvimos 4 horas hablando, que si partos, que si embarazadas, que si bebés, que si empoderamiento, que si respeto... Rodeada de grandes matronas y doulas, no podía estar más a gusto.



Y entonces a qué santo yo me sentí así de mal??? De repente me di cuenta de la gran responsabilidad que tenía, quieren hacer un documental con una amplia visión del parto, en casa y en hospital... quieren concienciar a las mujeres de que lo mejor para el nacimiento de sus hijos es un parto fisiológico y respetado pero lógicamente quieren que el documental guste... y es aquí donde me entran mis dudas, en una conversación de 4 horas hay muchas frases que pueden sacarse de contexto... así es que sí tengo que reconocer que tengo miedo, el miedo vende y yo lo tengo...



En nuestro país hay muchas mujeres que desean un parto rápido, indoloro e insensible, se les ha vendido que el parto es la peor experiencia que se puede tener, que es un sufrimiento terrible por el que hay que pasar para poder tener entre los brazos la cosa más bonita, un hijo. Y recurren a la epidural... a esa gran roba partos...



A muchas mamás la falta de información, o la información dada desde el miedo, les ha hecho perderse la experiencia más transformadora de su vida, poder sentir la grandeza de la naturaleza humana, lo que estamos capacitadas para hacer las mujeres, que es dar vida y traerla al mundo.  El éxtasis se ha esfumado, han vivido todo desde la barrera, han visto la obra de teatro desde el patio de butacas y han dejado pasar el papel de la actriz principal y sus hijos tampoco lo han sido...



Y qué temo yo? Tengo miedo de que se saquen conclusiones equivocadas, de que se siga vendiendo que somos 4 locas irresponsables que buscamos lo mejor para nosotras sin tener en cuenta a los bebés que llevamos dentro.



Temo que se fomente el miedo del parto. Que se siga viendo el parto como ese proceso que seguro que sale mal y produce un dolor insufrible.

Temo que las mujeres sigan pensando que los profesionales sanitarios les salvaron la vida, sin preguntarse cómo se llegó a ese punto, que se sigan quedando con una información sesgada, donde el miedo sea el protagonista.



Temo que las mujeres dejen que se les ponga oxitocina por sistema, sin saber que esa oxitocina sintética no penetra en el cerebro y no permite utilizar la analgesia natural de que disponemos y que su bebé quede también desprovisto de estas placenteras sustancias, con lo que también viva el nacimiento con más sufrimiento, porque como no lo vemos hasta que sale pues parece que no siente nada...





Temo que solicite entonces la epidural, con la cascada de intervenciones que comporta.



Temo que las mujeres conectadas con su embarazo, con su cuerpo y con su hijo, acudan a los hospitales en busca de un nacimiento fisiológico, y que los profesionales de ese turno no le proporcionen las condiciones para poder poner en marcha el cerebro instintivo, no puedan así hacer frente a ese dolor y que terminen pidiendo la epidural, dejando en ellas un sentimiento de fracaso y frustración inmensa y no merecida.



Temo que tantos y tantos bebés nazcan rodeados de un ambiente aséptico, y la piel y la voz de sus madres no sean lo primero con lo que se encuentren después de todo lo que acaban de pasar...



Temo que el programa contribuya a normalizar lo que pasa en la gran mayoría de centros hospitalarios del país...



Todos los bebés se merecen un nacimiento digno, respetado, tranquilo, asistido y controlado rodeado de amor. Y sus madres son las que en el fondo de su corazón saben dónde y cómo, solo hace falta pararse y escuchar lo que el miedo esconde...

Así que no me queda más que confiar en que ese fantástico equipo de producción consiga que la sociedad se quede con el mensaje que queremos transmitir. Estoy segura de que así será. 

Un abrazo,


Gemma

viernes, 6 de julio de 2012

...En casa...


No creo en las casualidades, y el cierre de Acuario me ha dado fuerza para embarcarme en el proyecto de los partos en casa, era algo que en un principio me llamaba la atención pero que poco a poco me ha ido enamorando.

Pero cuándo me dí cuenta de que el mejor sitio para recibir a un hijo es la propia casa?

Cuando en el parto de Carolina me encontraba tumbada mientras Pedro y Enrique ayudaban a mi hija a nacer.  Yo, muerta de miedo, llena de tristeza, de culpa, con un sentimiento de derrota tremendo, hundida en la más inmensa de las miserias, desde ahí, a través de la ventana del quirófano que da al jardín de Acuario, pude ver los árboles, tal y como veo cada mañana cuando me levanto desde la cama de mi casa (quien vive en la ciudad sabe que es todo un regalo)...

Esa sensación de estar en casa me llenó, tras un parto difícil como había sido, me invadió una paz y una calma como nunca antes había sentido y comprendí que el nacimiento debe ser en el mejor lugar del mundo, en tu casa.

Esa sensación me ayudó a darle a Carolina una acogida como se merecía, a vivir plenamente su nacimiento, y permitir que la felicidad fuera lo primero que le recibiera en la vida.

Mi blog debía llevar el nombre de la experiencia más profunda, de aquello que me transformó.


...En casa...